lunes, 13 de septiembre de 2010

La Despedida


















Ilustración de Paulina Barraza

Querida amiga:

He estado evitando durante muchos meses esta situación, he estado huyendo cobardemente de coger lápiz y papel y ponerme a escribir una carta rota por mis sentimientos para decirte simplemente que te quiero hoy más que nunca, pero de que sirve. Hoy he abierto por última vez mi cajita de los recuerdos y he sentido.... tu voz, tu aroma, el tacto de tu piel..... y como siempre me he vuelto a maldecir por no saber retener al ser que más me ha querido, que mas me ha sabido entender, que mas me demostró que nunca cambiaría mi amistad por nada.

Me he observado al espejo y me miraba orgulloso de tener lo que tengo, mis ojos, mis labios, mi piel..... pero he mirado mas allá de mis ojos y me he dado cuenta de que no tengo nada, nada que ofrecerte, nada que darte ni tan siquiera el sonido de mi voz. Se que es difícil de entender pero a veces cuando ganas en realidad pierdes y cuando pierdes ganas y eso es lo que ha pasado a mi, gané tus suspiros, tus miradas llenas de complicidad, tu aliento, tu amistad, hasta gané tu corazón, pero perdí el mío que ahora está junto a ti. No se que decirte mi mente no fabrica ya historias de amor, no inventa frases con las que hacerte estremecer al oírlas, como cuando en las noches yo aparecía junto a ti con mis palabras llenas de promesas, llenas de confianza, ofreciéndote esas estrellas que surcan el infinito o invitándote a dar un paseo por la Luna, pero que al final resultó ser todo una mentira, me he dado cuenta que yo no soy quien para robarle a la noche sus encantos.

Estoy vacío, solo, hundido en mis recuerdos e inmerso en sueños, deambulo de un lado hacia otro sin un rumbo fijo, ahora soy como un día me dijo un buen amigo “un velero sin mar” y quizás lleve razón, tengo que asumir que he perdido, que ya no formo parte de esta obra de teatro que es la vida. Debo de nacer otra vez y empezar a vivir, coger el último tren y que me lleve a donde nadie me conoce, donde nadie sabe quien soy o quien fui, olvidarte y sacarme esa espina que llevo clavada dentro de mi, ahora pienso que fui un ladrón de media noche que se coló en tu reino para quitarte lo que tu tenías, pero que al final salí robado y con la cabeza baja, me quitaste mi corazón, lo único de lo que yo presumía.

No hay día que no mire al cielo y le de gracias a Dios por haberme puesto un Ángel en mi camino, por haberme dejado vivir ese sueño que siempre tengo, ver el Sol reencarnado en persona. Dios si verdaderamente existes, no dejes que nadie se compadezca de mí, ni para lo bueno ni para lo malo, haz que se olviden de mí, pero deja mi esencia para aquellos que la necesiten y creo que para ella será lo mejor. Quiero que en el silencio de la noche, cuando ella duerma mis recuerdos la aborden para que tenga unos felices sueños, pero que solo sea eso un sueño.

Se que algún día tu Dios pondrás un Ángel junto a ella, un Ángel que la haga volar y pasear por aquellos parajes que yo le prometía que yo le decía que había y que nunca pude enseñárselos. Yo me quitaré ese disfraz de niño bueno, no me sienta.

Mi alarido por todo desvanece poco a poco y me dejo llevar hasta que

un día vuelva a ser aquel que siempre fingí ser…..

Soy un Romeo que no muero por ti, sino por mi....

No hay comentarios: