lunes, 13 de septiembre de 2010

Divina Paranoia Masculina












Ilustración de Mikael Bourgouin

¡Maldita sea!, Sábado por la mañana y para un día que no tengo que madrugar, la rutina diaria me mear antes de ir a trabajar y que nunca falla, me despierta con un dolor de vejiga y una protuberancia mañanera entre las piernas, ¡joder! miro el móvil y nada la misma hora que ayer, ¿me levanto o no?, se esta tan bien en la cama que… pero mi cuerpo no esta acostumbrado a dormir, mejor dicho a estar tirado en la cama, me duele la cintura, evito pensar que son achaques de la edad. Pero y el brazo… el brazo que no se por qué motivo lo tengo dormido, por unos momentos le tengo envidia, ¿por qué el si puede seguir durmiendo y yo no?, bueno son preguntas que digo al aire con el aliento apestoso que me recuerda que lo ultimo que tragué anoche fue ese humo innecesario pero a la vez deseado y supuestamente placentero, ¡los cojones! Menos mal que me despierto solo y me ahorro ese beso que antaño daba seguido de un gran bostezo, “buenos días nena”. Esta maldita vejiga no entiende que aunque no deba pero quiero retozar un poco mas.

Otra vez dormí encima de la corcha, me ahorro hacer la cama, recuerdo que en la noche me estaba peleando con la maldita jarapa vieja y llena de jirones, que un día adornaba mi querido sofá, ahora ha pasado al plan “B” de este tipo de telas. En este momento no pienso en nada más, simplemente me cuestiono en taparme los pies o los brazos, la jarapa es pequeña, mis movimientos son lentos y premeditados no deseo una brusquedad a esta horas de la mañana, cierro fuertemente los ojos intentando meterme en ese sueño que dejé, pero ¡joder! No me acuerdo y espero que no fuese un sueño erótico, sería una pena, con lo que me gusta despertarme haciendo el amor. Suspiro y me estirazo y acto seguido me meto la mano debajo del slip y fiel a mi instinto masculino me arrasco aquello que veneramos, admiramos, presumimos y sobretodo protegemos mientras una sonrisa infinita se dibuja en mi cara y un ¡ole mis huevos! Sale de mi boca.

Sentado en mi cama busco las perdidas y nunca encontradas chanclas, ¡problema! Una de ellas la veo a un metro debajo de la mesita, ¡lejos, muy lejos! La otra… la otra no lo se.., mejor voy descalzo, me miro la entrepiernas y ¡ohh! Que barbaridad si alguna chica me viera, seria empezar la mañana perfecta, y como no… acompaño a su Majestad con pasos chulescos hacia el baño, por el camino un gran espejo ¡atención! Momento gay, aprovechando que parte del slip se esconde en la rabadilla del culo, sin escrúpulos ningunos me lo pongo en forma de tanga, mi cuerpo se contornea e intento con bastantes esfuerzos sacar mi escurrido pero peludo culo, pestañeo tres veces en un segundo y un “que mono estoy” parezco un eunuco, con barba pero eunuco ¡peligro! Su majestad se inclina, no le gusta es dantesco espectáculo ¡por Dios! Que ninguna chica me vea así, no puede ser, me apresuro al baño sorteando miles de objetos esparcidos por el suelo y….. ¡Su Majestad! ¿Dónde estas? bajo los slip y no esta ¡sal y no me dejes solo!. La vejiga no puede mas y obliga a que su Majestad vuelva de su repentino destierro viene cargadito de liquido y explota cual botella de cava bueno mejor dicho viendo las circunstancias lo dejamos en un benjamín de cava, que escalofrío recorre todo mi cuerpo, tras unos segundos por fin y después de involuntariamente salpicar por todos los lados incluida la puerta que esta tras de mi, hago blanco, me hurgo la nariz, bostezo, me arrasco el culo, vamos lo normal, a la vez que inclino la cabeza y le recrimino un “donde voy yo contigo”. En fin hago el mismo ritual pero al contrario… me arrasco el culo, bostezo y me hurgo la nariz… ya no es normal mi dedo, pues mi dedo… en definitiva algo me mira, hay silencio e intento que salga la ultima gota, pero aun es pronto, mis ojos todas las mañanas lo esquiva, pero irremediablemente lo veo, me pregunto porqué tiene que estar aquí y no en otra habitación, el lavabo me mira, sus dos oxidados grifos me observan, uno de ellos gotea, parece que me está invitando a recoger esas frescas y desagradables gotas que todas las mañanas veo en mi cuarto de baño, pero tengo un plan, bueno el plan ya es costumbre así que me despido muy decepcionado de su Majestad.

Hay un espejo, creo, o al menos me lo vendieron así ahora no se ve mucho pero (sonrío) hay un hueco entre una serie de manchas blancas, negras, verdes, en fin… parece que me estoy reflejando en el arco iris, mi espejo es especial, abro la boca y enseño mis dientes como un tigre, parecen que están limpios, delicadamente toco con la yema de un dedo (el dedo hurgador) esas agónicas gotas de agua y me lo llevo a los dientes, simplemente para refrescarlos, ¡Joder! Cada vez sabe peor el agua, me peino con la mano y a vestirme por supuesto con la misma ropa de ayer incluidos los calcetines creo que puedo aprovecharlos unos días más. Salgo por la puerta y respiro aire fresco, contaminado, pero fresco, al menos mas fresco y menos contaminado que mi habitación seguro, me pongo mis gafas de sol, miro hacia un lado, hacia el otro, ¡atención, hormonas! A lo lejos una chica, parece que me mira, seguro que me mira, por ese camino no tengo que ir, ¡al diablo!, voy por donde está la chica, presiento que me voy a comer el mundo, espero no venir con hambre como ayer, pero hoy es diferente… hoy me siento divino.

No hay comentarios: