lunes, 13 de septiembre de 2010

Cuando el Corazón Sueña







Ilustración de Maricarmen Pizano

Rayos de Sol vestidos en palabras me traen su vacía alma, hoy por primera vez en mucho tiempo, mi corazón paró de latir, dejando otra vez que aquellos viejos nervios recorran de nuevo mi cuerpo, que extraño me resulta esta sensación, mis ojos se cierran por unos instantes que parecen eternos, antiguos fotogramas cruzan velozmente mi mente, seguro que son aquellas imágenes que ocultas en algún rincón de mi cabeza y que el tiempo no han borrado las que como pequeños halos de luz activan en silencio un recuerdo, pero mi fatigada mente no puede, ya no tengo ilusiones que fabriquen los sueños. Me duele el pecho, este dolor me oprime tan fuerte que mi respiración se hace aliada con los nervios y por segundos pierdo la conciencia de donde estoy, obligando a que mis pasos paren. Malditos ojos que vulnerables han dejado entrar esos rayos de Sol, pero esta vez no han iluminado mi memoria, han llegado al corazón y sus palabras cargadas de dolor, ahora están paseando por las galerías de mi alma.

No quiero sentir este amargo dolor que me hace apretar fuertemente los puños y estrellarlos contra la pared de mi rincón, de mi sellada garganta gritos mudos de rabia atronan mis oídos. ¿Dios, porqué me haces esto?, su alma quiere salir de su cuerpo desgarrando su corazón, sus ojos no cesan de emanar lágrimas cobardes que por las noches le impiden viajar al mundo de los sueños, allí donde siempre nos vemos, vaciándola de ilusiones y llenándola de sufrimiento y pena, su aliento ha viajado en tinta transparente, que solo mis ojos son capaces de ver y mi corazón único en transformarlos en recuerdos, sentimientos que ni el tiempo, ni aquellos que con ojos de odio, con palabras de dolor pueden ser capaces de oscurecer. Podrán como cobardes llevarse con vanas palabras sus pensamientos, su piel será invadida por ásperos pétalos llenos de espinas, sus ojos mirarán los que otros quieran mirar, haciendo de todo esto una cansada y monótona rutina. No sabrán leer entre líneas porque no saben amar, solo desear lo que su envidia les corroe, los que miran con ojos de los demás, son huérfanos de sentimientos, pobres en palabras sinceras, serán desolados por el paso del tiempo.

¡Dejadnos en paz!, fabricar vuestras promesas para después hacerlas realidad, hacer que vuestras palabras dejen de ser dagas y transformarlas en brazos sinceros que la abracen y la lleven allí a donde un día jurasteis, cerca de la felicidad. Falsos poemas los que no se escriben con lágrimas, con dolor, serán tinta inocua aquellas palabras en forma de letras que no salen del corazón y sí de la sinrazón. No odio, no tengo maldad, simplemente mi silencio vuestro espejo será, nuestras lágrimas nunca veréis…. tenemos un Ángel que con sus pequeñas manos secan y en sonrisas transformará.

Mi corazón no quiere tener felicidad, da igual que el tiempo pase rápidamente o que mi mente a un tiempo pasado le quiera llevar, sólo se alimenta de ese aliento que una noche exhaló. Mi mente puede controlar una mirada, callar mi voz, hacer que mis manos no sientan su calor, pero mi corazón sueña recuerdos que no puedo evitar sentir, su latir me recuerda a ella…

Hablo a la noche y le pido que te haga imaginar un lugar y que su silencio le susurre al oído que aquí dentro de mi hay un pequeño rincón donde no se vive con dolor, no existe la rabia, no hay nadie, sólo ese pequeño Ángel que juguetea con mi corazón, cambiándome ilusiones por inocentes miradas. Sus manitas rozan sus labios para después dibujar en el aire besos que los adorna con una dulce voz recordándome a ti.

Una y otra vez dejaré que tu mirada se pierda por los infinitos laberintos de mi corazón, iluminando aquellos rincones donde haya una sombra en la cual se atisbe un sentimiento de dolor, tus palabras mudas borrarán los ecos de silencio que de vez en cuando al acecho de cualquier oportunidad deseen invadir mi pequeño paraíso, cada noche te sacaré de detrás de esa cortina de amargo humo que calada a calada matan tus suspiros, volveré cuando nadie me vea y pararé el tiempo te daré un beso y un abrazo que celosamente guardo para ti, todavía los tengo mi vida, aunque muchas cosas hayan cambiado, mi mente aun no entiende que pasó ayer cuando la mentira nos arropaba, cuando dejé de imaginar.

Amanece y otro nuevo día despierta a mi corazón, recordándome que viene el adiós. Ya no me duele el pecho, los nervios poco a poco abandonan mi cuerpo, la luz se apaga y la oscuridad vuelve a sepultar mi mente, lentamente empiezo a caminar, todo vuelve a la normalidad.

Iluso mi corazón que quiere soñar aun sabiendo que siempre el amanecer le recordará que un día me dejaste de amar.

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