lunes, 13 de septiembre de 2010

Abrázame











Ilustración de Marta Altieri

Dijeron ayer que por ésta zona y a ésta hora vendrías, pero como siempre nunca se sabe, todo en la vida son probabilidades más que aciertos, he llegado al lugar donde solía venir a solas cuando era un chiquillo para encontrarme contigo, pura y transparente como nadie, me encantaba olerte, sentirte cuando acariciabas mi piel, empaparme de tu constante frescor. Pero hoy creo que no vendrás, quizás te has olvidado de mi, aun así me encuentro como siempre sentado bajo el delgado y joven olmo hoy viejo y frondoso, no ha cambiado nada, sigue siendo ese pequeño trocito de tierra que fuimos capaces con nuestra imaginación infantil de hacerlo nuestro pequeño paraíso, en donde tú como siempre hacías del lugar un remanso de ilusiones, eras mágica, las hojas de los árboles se movían al unísono deseosas de verte y atraparte entre sus ramas, las verdes espigas se movían en perfecta coreografía, inclinándose para darte la bienvenida, eras tan misteriosa que aun no me explico como hacías cambiar de color las rocas que tocabas, la tierra que pisabas y sobre todo a mí cuando me abrazabas, sentía ese grato y gélido frío que incluso a veces me hacía temblar, era cuando imaginaba miles de fantasías, algunas de ellas se han hecho realidad otras se ha convertido en una cruel realidad.

Siendo cobarde hoy me he acercado a ti, estaba falto de tu aire que yo lo siento como aliento que depura mi ser, debí de hacerlo con ella, pero nunca pude, me dejé llevar por el encanto de la Luna, corazón blanco que late por las noches, ese brillo que tantas veces le enseñé mirándola a los ojos, nunca pude darle esa Luna que como todas las noches nos esperaba, simplemente se la enseñaba y le juraba una y otra vez, que algún día yo sería su Lucero, pero mi egoísmo eclipsaron todas las estrellas, intenté crear otro mundo con otro cielo con otra Luna, pero ya era demasiado tarde, ella desilusionada se marchó, y yo me quedé con una Luna sin brillo, aquella noche todas las estrellas se hicieron fugaces y me dejaron oscuridad y silencio para mas tarde al amanecer despertar sin sueños, deambulando sin rumbo por el día mintiéndome de nuevo, matándome lentamente, porque mis sueños, mis ilusiones me queman, abrasándome en las galerías de mi alma, olvidándome de todos aquellos susurros que bajo la Luna nos dijimos, pasando otra página en blanco. Ahora la pequeña llama de una vela blanca hace de Luna en estas cuatro paredes sobre las cuales los pequeños recuerdos se incrustan formando diminutas estelas de estrellas, pero aun así ella no esta junto a mí.

Siento como si este viejo olmo se retuerce tratando de avisarme de que ya está cerca, que lentamente vuelve a mí, miro al suelo y veo como las raices se mueven tratando de abrazarla, el viento me adelanta su aroma, hoy como tantas veces salgo del cobijo de sus ramas y abriendo los brazos miro al cielo, por unos segundos el viento amaina hasta paralizarlo todo, solo mi respiración acelerada rompe este silencio, cierro los ojos y gota a gota te siento, hoy no me abrazas hoy lloras mi querida lluvia, me haces sentir vivo, tu viento me da frescor y le da vida a mi pelo, mis ropas furiosas se despegan de mi cuerpo aflojando mi dolor, respiro profundamente e inundo mi cuerpo de tu olor, ese viejo olor que nunca cambia, observo las palmas de mis manos y tus gotas juguetean salpicando pequeños trocitos se cristales de fina seda, transparentes dedos que me envuelven lentamente por todo mi cuerpo abrazándome y por unos segundos haces que me eleve unos centímetros del suelo, me encanta cuando me abrazas, te siento igual que antaño. Me gusta cuando te deslizas por mis labios limpiándolos de suspiros de lamentos, cuando te mezclas con mis lágrimas y las acompañas hasta el suelo que piso, enterrando esos recuerdos que todos los días me queman. Hoy quiero que me abraces y me acunes en tu frescor y dime con tu tintineo que tú nunca me abandonaste que con el viento me volverás a llevar a ese rincón de donde un día salí cargado de sueños.

No hay mejores palabras de aliento que tu constante y claro goteo, que melosamente me susurra al oído, borrando el eco de mis pesadillas, no hay mejor aroma que el de la tierra mojada cuando lloras sobre ella, no hay mejor abrazo que el tuyo, limpio y puro capaz de estremecer mi alma, no hay mejor sensación de escalofrío que el de tu frescor húmedo anegando mi cuerpo vestido de sucio dolor, no hay mejor aliento que el del viento que te acompaña cuando rozando mis labios se adentran como polizón en mi boca ocultando pequeñas bocanadas de dulce sabor, para cuando mas tarde te marches, las saboree y me recuerden a ti.

Hoy lluvia cuando nadie nos vea abrázame.

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