lunes, 13 de septiembre de 2010

Después








Ilustración de Amy Sol

Y al final subí por el oscuro y olvidado camino borrando con lágrimas mis pasos al andar, jurándome nunca mas volver al mundo real de los sueños para nunca mirar hacia atrás al lugar que un día abandoné por hacer realidad mis fantasías junto a ella. Agotado miro al lejano horizonte y un rayo de luz me aclara un poco mi caminar, temo mirar hacia abajo, porque me cuesta creer que al final todo ha terminado y con ello, mis temores, mis incertidumbres, mi mente ahora se despeja y poco a poco se va aflojando ese nudo que en mi corazón aprieta lentamente ahogándolo con sus propios latidos. Los nervios que atravesaban mi cuerpo ya me han abandonado, relajándolo hasta quedar sin vida. Respiro aire puro y fresco, ayer mi ser se contaminaba con palabras vestidas de mentiras, envueltas en odio, ahora sé que eran finas dagas manchadas de su dolor que ya forma parte de mi alma que cuando mire en la distancia me recordarán que un día aquella que me amó también me odió.

Asumo en este silencio todo aquello que ayudó a derramar por el suelo todos los sueños e ilusiones y ella no esta aquí para recogerlos junto a mí. Cerré la puerta por última vez dejando en su mundo aquel que un día conoció, sólo me llevé en la maleta, mis recuerdos y su sufrimiento. Una extraña sensación de amargura emana de mis labios, devolviéndome ese sabor que tenía antes de sentir el dulce sabor de sus besos, mis manos se volvieron ásperas después de acariciarla por última vez, aún recuerdo como entrelazamos nuestros dedos llevándome parte de su piel, nunca olvidaré su aliento en mi cara cuando me decía palabras de amor sincero, jamás el sonido de una voz acarició mi cuerpo, ahora pienso que ese momento fue una ilusión, un sueño, una mentira…. que más da…. si en mi rinconcito nunca tuve nada, sólo frío, silencio y soledad. Me dedicaré a no verla, a no sentirla, pero cuando esté sin sueños volveré a leer esta pequeña historia de amor escrita con tinta de pasión, me mentiré diciendo que ya no la quiero aunque siga guardando mi amor. Me asomo a la ventana y miro el cielo estrellado y está ahí como siempre mi Luna, aquella que le enseñaba todas las noches, y para ella no era suficiente, ella la quería tocar, yo no supe bajársela para que la abrazara, simplemente le dibujaba en el suave lienzo de su piel con mis dedos el destello de esas estrellas con pequeñas caricias que pincelaban el universo pero sin Luna, ahora un príncipe azul le ha llevado a sus manos una Luna y un Sol…, tiene que ser bonito ese amor, yo me quedo con sus ojos cuando la veía a lo lejos en el firmamento junto a mi y me decía te tengo a ti… mi única estrella.

Hoy mi dolor destroza cualquier paisaje del recuerdo, las estrellas se han vuelto fugaces, las miradas se pierden en esta oscuridad. Mi silencio me vuelve a hablar y me susurra al oído….. nunca te olvidé, nunca te abandoné, estaba escondido detrás de sus palabras, oculto en la sombra de su cuerpo desnudo cuando la luz de la vela me arrebataba ese paisaje. Nunca amigo mío olvidé tu silenciosa compañía... me alimentaba de tus silencios de dolor en ese mundo gris y de sufrimiento, desde aquí te enviaba con la oscuridad aliento y sabiduría para pensar, para reflexionar y hoy te tengo aquí frente a mi, no te preocupes mi manto sereno te arropará y te penetrará por los vacíos poros de tu piel llegando a tu corazón, dándote la paz que allí a lo lejos en ese mundo no tenías…. bienvenido amigo, te enseñaré a pintar, te daré nuevas fragancias de amor, te sentirás poderoso al mirar hacia abajo… te recordaré que nunca has de amar sin antes amarte…… Y después sólo después….me recordarás

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