martes, 18 de julio de 2023

MIEDO AL MIEDO


 













 

Querido mío:

 

    Amanece otro día más y la luz se supone que debe de entrar por mi ventana, pero no veo nada a mi alrededor. Es la hora de levantarse y como mañana vuelvo a maldecir este día. Apenas tengo fuerzas para hacerlo, pero mi falsa amiga la rutina me coge de la mano y me empuja hacia ese abismo lleno de ruidos y voces que chirrían incluso más que en mis pesadillas. Tortura que diariamente hace que mis pies se arrastren por el suelo sin dejar huella. Que de mis labios salgan palabras sin sonido que mi mirada temerosa se pierda a un metro de distancia.

         Sorbos amargos de mi café azucarado intentan activar mi cuerpo aletargado, pero sólo lo deja en ralentí, suficiente como para ponerme a funcionar. Hoy como mañana tengo que mentalizarme en pensamientos menos negativos, pero son muchos y apenas se nota si no pienso en unos cuantos. Cada mañana antes de salir de mi fortaleza tengo que ponerme mi capa de invisibilidad, pero no la encuentro. Me pongo mis gafas de sol para que supuestamente nadie me vea, apenas me maquillo, no me importa nadie se fija en mi. Hoy como para mañana procuro dejar mi agenda llena de cosas para hacer.

         Necesito correr sin salir de mi tarro de cristal, temo que el viento me traiga hojas de otoño en primavera. Quiero gritar y volar desde la montaña más alta de esta llanura que me rodea. Quiero aprender a decir no, en un mundo de cumplidos. Sonreír con mis ojos y hablarme al espejo pero no veo mi reflejo.

         Querido amigo no te quiero a mi lado, no me haces bien y cada vez que cierro los ojos te veo y un fuerte dolor en el pecho me paraliza. No encuentro mi ser, un día dejé de buscar porque tú ladrón de almas me la arrebataste para  siempre escondiéndola en la oscuridad. Maldito el día que me escondí tras de ti. Te pedí ayuda y tu silencio me abrazó

         Vendí todos los sentimientos por cobarde y cada día que amanece me pregunto qué tienes preparado hoy para mi. Alargas las horas de mi reloj para que me sea hoy como mañana eterno. Me obligas a mirar hacia todos los lados a todo el mundo con desconfianza. Quiero ser yo los hilos de mi marioneta y no ser una confusión para los demás.  

         Querido amigo, dame mi libertad y suelta las riendas de mi vida. Devuélveme mi voz, deja en mi piel las huellas del placer cuando sea acariciada. Abre  las puertas de mi cárcel de cristal y llévame aquel lugar donde me encontraste. Quiero escuchar de nuevo los susurros del viento

         Quiero que me abandones….

 

Atentamente tu prisionera…

∞∞∞

Querida amiga:

 

Te recuerdo siempre cuando me busca tu silencio. Te abandoné hace tiempo y con tristeza te añoro. Echo de menos a esa niña que un día buscó cobijo en mi rincón. Duelen tus letras, quiero secar tus lágrimas pero no me dejas. Estimada amiga te has aferrado a un solo sentimiento y me has puesto un espejo frente a mí. Luchas contra mí sabiendo de ante mano que la batalla la tienes perdida.

         Me odias, me intentas esquivar pero sabes que es imposible. Durante todo este tiempo has estado ciega y no has mirado a tu alrededor. Un día me fui y te dejé algo que nunca utilizas, te di la mejor de tus armas pero nunca miraste dentro de ti. Te dejé la valentía y jamás la has usado para mirarme cara a cara y dejar de verme como tu enemigo. Todos los sentimientos tienen un sentido, eso te hace sentirte tu, y si faltan alguno por muy malo que sea, tus pasos no dejaran huella. La vida te dará momentos de placer y momentos de dolor y todos los sentimientos te harán sentirte completa. Mira hasta el horizonte y no sólo tus pasos indecisos. Háblate a ti misma y tu voz saldrá de tu jaula. Aprende del ayer para afrontar el mañana.


Atentamente… tu miedo

3 comentarios:

Yomisma dijo...

Tan profundas palabras ahondan en la mente y dejan el hueco abierto para que la herida del miedo cicatrice de dentro a afuera y no cierre en falso. Maravillosa carta de prisionera a verdugo y viceversa

Anónimo dijo...

Este relato me ha servido a modo de recordatorio para superar aquellos miedos que tengo, o mejor dicho utilizarlos para lograr los objetivos que quiero cumplir en mi vida. Como volar en parapente yo solo desde la cumbre de una montaña.
Enhorabuena por el relato.
Un saludo de parte de un jiennense perdido por Alemania. Pero que poco a poco se está volviendo a encontrar a sí mismo. Y pronto regresará a la tierra que tan feliz lo hizo.

Oso Panda Cabron dijo...

Bravo