miércoles, 30 de marzo de 2011

Esbozo

















Ilustración de Istvan Sandorfi


Estiro el brazo engarrotado, observo detenidamente mi mano. Leves movimientos de dedos hurgan en el estancado aire que me acompaña en mi habitación. Imaginando, dibujo tu espalda transparente y fría como un viejo recuerdo de piel suave de entre un invisible cuerpo que me espera. Mueca pícara hace frente a mi cara monótona y olvidada de gestos. Rescatando del olvido una sonrisa. Suspiro que rompe el silencio que tanto tiempo lacró voluntariamente mis labios. Mi mente empieza a caminar sin mover mis pies de estatua. Ojos que no parpadean, recobran esa sensación de deseo. Mi cuerpo se desviste del aire frío que pegado a mi piel congelaba esos deseos de placer.

Luz tenue, etérea de brillo sirve de bálsamo a mis antiguos instintos de deseo, pero sólo será por unos minutos. Se que si mis dedos siguen pintando de calor tu piel. Surgiré desde dentro de esta figura impasiva y será esta vez mi cuerpo desnudo el pincel que rozando pintará con sudor el lienzo de tu piel. Mis dedos no trazan líneas abstractas sobre ti. Simplemente siguen las curvas de tu cuerpo. Ahora he dejado de imaginar tu figura.

He abierto los ojos y le he dado forma tu forma al transparente aire. Mis dedos caminan sobre ti sin destino, dejando huella, levantando los poros de tu piel, destapando tu olor. Inhalo profundas caladas de ese aroma y alimento a mis nervios que dentro de mí esperan a salir. Ahora sólo falta realismo a mi boceto. Me acerco un poco mas, mis dedos han dejado de dibujarte y es cuando un suspiro da movimiento a tu rígido pelo que por tus hombros esperan a despegar como cometas. Labios secos rozan tu nuca desnuda, contrayendo tu cuerpo. Siento como mi esbozo recobra vida.

Beso esa espalda temblorosa, humedeciendo mis labios de sentimientos de los oasis de tu piel, no los quiero beber. Oigo débiles gemidos que excitan mi ser, pequeños mordiscos acompañan al deseo de poseer.

Te oigo sollozar, ya no tiemblas, tu cuerpo ha dejado de contraerse. El silencio vuelve y un ¡Te Amo…! Borra de mi cara esa sonrisa. Separándome de tu cuerpo enciendo un cigarrillo, a la vez que aplaco mis desbordados pensamientos. Una profunda calada ahoga mis nervios, mis ansias de ti y soplo ese contaminado humo sobre tu esbozo, haciendo de de ti un espejismo. ¿Por qué me dices eso? Mis palabras no tienen voz simplemente son letras que se aferran a una hoja en blanco. No tiene sentido porque sé que nunca te tuve pero tampoco nunca te perdí, al menos a mi manera. Fuiste esa manzana que nunca comí. Tentación de morder que siempre cuando te imagino dan ganas de hacer.

Ahora ya es tarde, tu miedo y desconfianza la instalastes dentro muy dentro de mi.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es lindo, me encanta, me ensueña, me lleva alla donde nunca estuve, pero llegue en pensamientos con muchos deseos, y me basto una pagina en blanco con un te amo...

Un gran abrazo en la distancia.

Flor de Sacuanjoche

Anónimo dijo...

He sentido cada línea que tus dedos dibujaban…aunque tal vez he pecado, imaginando que sí mordías la manzana…

Precioso amigo…

Un placer siempre, leerte

Muackss!!