lunes, 6 de diciembre de 2010

Lienzo Imaginario












Ilustración de Shaun Tan

Sentado y abrazado a mis rodillas, espero a que el helor de la noche borre de mi piel ese calor que el día me cubre como abrigo invisible. Ansío esa oscuridad que el sueño nos evita. No quiero soñar, no deseo más esta luz que ciega mis ojos, no quiero ver los pájaros volar, me incomoda ver tanta gente por las calles. Desde aquí arriba siento como la oscuridad mata los ruidos que no me dejan oír ni pensar y los perderé en la madrugada, cuando ordene mis pensamientos bajo la tenue luz de ese cielo estrellado.

Palabras malditas dañan mis cansados oídos, letras dichas en verso por aquellos que no sienten lo que dicen y se hacen prosa sin sentido. Busco mi sombra y no la encuentro, me siento bien, ahora por fin estoy solo. Soy capaz de mirar en esta oscuridad sin fondo y te veo a ti, sólo a ti, mi pequeña vida que le das ese color a mi mundo y que rechazo durante el día. Ahora sonrío al ver como me miras con esos ojos que se clavan en el alma. Me doy cuenta que el Sol es tu sombra y se enreda en tu pelo. Sólo estas tú mi vida, eres tan grande que mi amor se queda pequeño. En esta noche te susurro cuentos que nunca te conté, pero tu no me escuchas, intento alargar mis manos pero temo que esta imagen se evapore como un mal despertar. Mis ojos te acarician aunque como siempre mis lágrimas distorsionen tu retrato imaginario.

Cariño cuanto te amo sin decírtelo, contigo rozo la gloria y es cuando añoro tu silencio si un abrazo me das. Suspiros que van y que vienen al son de mi respiración y calman mi ansiedad. Recuerdo tu olor comprimido en mi pecho, y me hacen sentir de nuevo cuando en brazos te tenía esperándote para dormir. Todas las noches subo aquí arriba y trato de sentir aquello que un día deje atrás mientras dormías. No me cuestiono si hice bien o mal, eso ya no importa. Tracé un camino a tu lado, donde ando a tu paso. No sabes el miedo que tengo cuando cierro los ojos y no estas. Es en estos momentos que sólo me queda inventar una fantasía sin condiciones ni reglas y simplemente para que te quedes un ratito conmigo. Porque no puedo estar sin ti, todo me sobra, excepto sonrisas ya que las guardo par ti.

Te echo de menos mi pequeño y cada vez que te miro me fijo en tus ojos, en ellos guardas la sinceridad que a mi me falta, en tu boca dibujas esa sonrisa que yo un día borre de los míos. Espero y deseo que nunca traces un camino paralelo a la realidad.

No sentirás como el viento te arrastra de un lado hacia otro, golpeándote una y otra vez con el dolor de los malos recuerdos. Lucha por mantener tu sonrisa y hacer que los que estén a tu alrededor sientan esa felicidad. Seguro que les darás celos a los Ángeles que desde el cielo te ven y admiración por donde vayas.

No fui un padre ejemplar, pero quiero que sepas que te adoro y me cuesta mucho dolor cuando te digo que te quiero y no estas a mi lado para sentirlo. Mi corazón se para, mis ojos no parpadean, sólo mis oídos esperan esa diminuta voz que me diga y yo también te quiero papi.

Poco a poco vuelven las sombras, me advierten que mi lienzo, tu lienzo se esta desquebrajando como todas las mañanas, y hoy como ayer no me he podido despedir.

Te pido perdón si ahora no estoy contigo, siento si no estoy a tu lado para arroparte para tus sueños. Todas las noches te busco y no te encuentro, pero mientras duermes yo haré de falso Ángel de la guarda, lejos de ti, pero muy cerca de ti..

1 comentario:

Anónimo dijo...

Inmenso amigo…quizá por la condición de ausencia en la que crecí, que he sentido tus letras muy dentro de mí…hermoso…sin palabras…

Un placer leerte

Bsos