lunes, 13 de diciembre de 2010

Atrapado en el Tiempo

















Ilustracion de Gaspar Cortés Zarrías

Pantalones bien ajustados a este cuerpo curtido y definido en el gimnasio que hace muchos años deje de ir, camiseta levis blanca e inmaculada prieta a mis supuestos músculos que aun tengo en la retina de mis ojos, me miro al espejo, me pongo de lado, ahora del otro, de espaldas…. ¡joder que bueno estoy!. Me observo y no paro de dar gracias a Dios, por este cuerpo hecho a conciencia y mucho sacrificio, porque los que fuimos al gimnasio nos costó mucho esfuerzo y también dinero. Pelo engominado a prueba de vientos huracanados y milimétricamente peinado con la raya a la izquierda como a mi madre le gusta. Bien afeitado y con las patillas perfectamente recortadas y exactamente igual, ya son muchos años de práctica. Zapatos negros y brillantes que hacen juego con el resplandor de mi pelo y que esconden unos calcetines blancos que dejo ver un poco para envidia de los demás.

¡Ufff! No hago nada más que suspirar por tanta belleza acumulada en una sola persona. Quizás sea egoísta pero es lo que hay, el señor da pañuelos a quien no tiene narices, pero este señor que desde arriba lo ve todo ha sido generoso y me dio esta maravillosa nariz, que prominente y ligeramente arqueada hacia abajo, denota algo diferente a los demás. Toque griego que destaca ese rasgo característico de los dioses venerados en otras civilizaciones.

Hago hora porque estas maquinillas de afeitar no entienden que mi cutis es tan fino y sensible que al echarme el after shave de nivea for men ( de toda la vida de Dios) enrojecen en exceso mi rostro Y que todas las mañanas forzosamente destrozo a base de ligeros cortes buscando la perfección a tan bella imagen que todos los días mi espejo me regala. Así al cabo de varias horas observándome y acicalándome me decido a salir a la calle, sin antes dar el toque de la perfección.. ¡¡colonia!! la misma que mi padre se echaba, hoy me pondré algo más. Estaré más tiempo fuera de mi templo, porque yo no vivo en un apartamento, yo vivo en un templo y aquí yo soy un Dios, un summum de la belleza, pero con una diferencia, soy de carne y hueso.

Hoy no sólo quiero que me miren, sino que yo voy a mirar a la gente que supongo encontraré por mi camino, puesto que en mi ciudad hay caminos trazados para mi yo los llamo rutas hacia el paraíso, porque en esta ciudad tiene la suerte de que me vean y al hacerlo se sienten mas cerca del cielo. Lo se cuando me miran con miradas soslayadas y susurrándose entre sonrisas, se que se dicen halagos hacia mi persona, pero también les entiendo les da vergüenza cuando me observan e intentan decírmelo, es normal.

Mi caminar es firme, decidido, se donde voy y eso lo hago saber a las gentes, de vez en cuando hago una parada y admiro aquellas mujeres que con sugerentes miradas me dicen algo, les sonrío, les hago un guiño y no me tomo la molestia ni de volver la mirada para ver que ellas también rodean la cabeza deseosas de que algo más quieren de mi. Simplemente lo sé, pero hoy… hoy no quiero esforzarme en estos detalles, ya lo hago aguantando la respiración desde que salí de la puerta de mi templo. Porque yo me mantengo físicamente aunque no haga deporte. El aguantar la respiración requiere un desgaste físico. Evito los escaparates, no quiero mirarme en ese reflejo, no deseo que se note que soy diferente a los demás o mejor dicho los demás sean diferentes a mi.

Tras diez minutos de caminata y cansado de tanta mirada envidiosa, he decidido parar en un parque donde hay un gran jardín con infinidades de flores, este lugar es perfecto para camuflarme y pasar desapercibido. Es el momento para tomarme un respiro y nunca mejor dicho. Cada día que pasa me cuesta más trabajo aguantar la respiración, tampoco me explico como me sigo metiendo en estos estupendos pantalones vaqueros de la misma talla que tenia, ya hace veinte años. Agarrados a mi cintura con un cinturón de piel trenzado con la bandera de España

Un ruido me exalta de esta calma que me da tranquilidad, parece que es música instrumental pero con muchas mas revoluciones, miro a mi alrededor y no veo a nadie, ¿de donde sale ese ruido que daña mis oídos?. Atravieso por unos matorrales y atónico observo a dos seres que van vestidos muy raros, están de pie, uno frente al otro, su vestimenta por mas que los mire no los ubico en mis patrones de estética, sus ropas son parecidas, una gorra estratégicamente puesta y caía hacia atrás de gran tamaño, sudadera deportiva y de doble… que digo triple talla con el símbolo de Adidas que le lleva desde un hombro hacia el otro, cruzando sus espaldas. No llego entender lo que veo, pero lo que más me llama la atención son esos pantalones vaqueros llenos de jirones de la misma talla que las sudaderas, que arrastran por el suelo ¡!Dios no se les ve los calcetines!! ¡¡Donde vamos a parar…!!.

Pero lo que me deja con la boca abierta es que entre la sudadera y el pantalón hay unos calzoncillos o eso parece, porque no me puedo imaginar que sea lo que veo, agudizo la vista y ¡!Siii!!! son calzoncillos de muchos colores, parece que han cogido muchas flores de este jardín y se las han pegado en su ropa interior ¿dónde están los calzoncillos boxes blanco o negros de toda la vida?. Algo parecido a unos cascos enormes tienen en la cabeza, caídos hacia un lado y conectados a un diminuto aparato. No se hablan, sólo hacen extraños movimientos con las manos y de vez en cuando se golpean los puños seguido de un ritual de gestos corporales. Lo que me faltaba… ¿Dónde están las formas del señorío?. ¿Ese apretón de manos mirándose fijamente a los ojos, retando los principios y valores de la educación que nuestros padres nos inculcaron?.

Todo esto me satura, no puedo más, me tengo que ir a mi templo, la vida está muy mal. Y no salgo corriendo porque no me he puesto los tenis y los castellanos se escurren. Me meteré en mi dormitorio y buscaré mi cassette de Mecano para intentar evadirme de esta realidad que no es la mia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

HOLA JUANELA,
HE LEIDO TU RELATO Y AUN NO ESTIENDO QUE HACES AQUI EN ESTA CIUDAD Y NO TE DEDICAS A SER MODELO ,CON ESE CUERPO QUE DIOS TE HA DADO Y TU HAS TERMINADO DE MODELAR.
YA SE QUE NO TODOS PODEMOS DECIR LO MISMO Y QUE NO TENEMOS UN CUERPO 20 PERO TU DISFRUTA DE ESE CUERPAZO.
PERO QUIERO EXPLICARTE QUE TODO ESO CON EL TIEMPO DESPARECE Y LO QUE QUEDA ES LO QUE TU CULTIVES Y PONGAS EN TU INTERIOR ,QUE ES LO QUE LAS PERSONA QUE TE QUIEREN DE VERDAD MAS VALORARAN DE TI Y CREO QUE TU LO ESTAS CUIDANDO POCO Y TU INTERIOR ES LO MAS IMPORTANTE.
UN SALUDO MAMEN.

Anónimo dijo...

sin duda la ultima frase es la mejor

JUAN MANUEL dijo...

Jajajajaj, querida mamen, eres un encanto, pero por suerte no es biográfico. Respecto a que cuide mi interior, eso es ya lo de menos, es dificil cuidarlo cuando en poco tiempo ha envejido tanto, hay veces que el corazón se me para y eso por suerte no lo ven esas pocas personas que me quieren de verdad, pero te sonrio y agradezco tus palabras.
Muackkk un besazo

Anónimo dijo...

A veces aquello que fuimos y como sentimos, se queda agazapado en nuestro interior por mas tiempo pase…y si a eso le añadimos que el mundo se ha puesto boca para abajo, y ha dado unos pasos agigantados, mas forasteros nos sentimos, o forasteros vemos a aquellos que observamos…

Genial amigo, un texto que atrapa ;-)

Un placer leerte

Muackss!!