miércoles, 22 de septiembre de 2010

Restos de un Naufragio








Ilustración de Man Arenas

Ya no puedo seguir dándole tiempo al tiempo. En mi mundo nieva en primavera y en invierno las flores se abrigan junto con las hojas que el viento otoñal guarda en su regazo. He soltado el lastre del dolor en un pequeño río que hoy te enseño. Barcos de ira y rencor que antes estaban anclados, cerca muy cerca de mi corazón, han soltado amarres. La luz ha entrado en este Océano estancado entre los acantilados del recuerdo. Hoy el faro se ha apagado y en su lugar un fresco aroma en brazos de la brisa está ocultando con cientos de colores esta oscuridad.

Necesito un ratito más antes de dejarle zarpar. Quiero limpiar con su agua mis manos de llagas, lavar mi cuerpo de tristeza que como espinas se incrustaron en mi piel. Deseo respirar a tierra mojada y no a humedad. Pasear por fin por estas galerías de mi alma sin atisbar silencio y soledad. Mirar a mi alrededor y volver a sorprenderme de tanto que tengo, aunque sólo sea en sueños. Ahora sí puedo sentir el calor del Sol que con sus rayos ha penetrado y resquebrajado esta cúpula de cristal. Cierro los ojos y por momentos me elevo. Escalofríos recorren todo mi ser, cortando esos finos hilos que desde fuera otros utilizaban como los de una marioneta sin ojos, sin boca, sin oídos…

Un murmullo irrumpe en este idilio de sensaciones. Algo pasa. Creo que es la hora en el que el fin ha llegado. El amanecer trae una nueva vida. Un suspiro surge de mi boca taciturna. Tengo miedo, mucho miedo. No me he vestido de gala para la despedida, tampoco lo tenia previsto en la agenda que todos llevamos instalada en nuestra cabeza. Nunca juré o prometí hacerlo. Simplemente echaba mi suerte al amparo del paso del tiempo, se supone que tenia el cometido de olvidar pero ha sido todo lo contrario. Siempre he tenido como melodía el replique plañidero de campanas sin iglesia. Ahora me acuerdo que tuve una vida de la que ya no me acuerdo.

Tengo miedo, mucho miedo. No sé si habrá alguien esperando ver pasar este río carente de cataratas, del tintineo de sus aguas. No dejarán un rastro de sal que dulce haría mi paladar. Serán aguas muertas que caerán mojando un suelo de semillas de esperanza. Me asomo a mis ojos y todo es luz, me desnudo de vergüenza revelándome al miedo. Miro hacia atrás y sólo quedan restos de un naufragio que despediré con nuevas sonrisas. Hoy he llorado y has visto mis lágrimas que tantas veces se perdían en la oscuridad. No preguntes. No me abraces. Simplemente enséñame a sonreír.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Sueños de un Títere







Ilustración de Salvador Dalí


Todo empezó mañana al hablar del ayer, siempre para mi será del pasado, intento mezclar el tiempo sin llegar a unirlo, podría darle razones a todo el mundo y ser un loco sin psiquiátrico. Pero espero y deseo que eso nunca llegue, al menos lo intento cuando veo y sobre todo oigo al que está en frente de mi y no precisamente a mi espejo, a ese ya lo conozco. Me refiero a vosotros, si vosotros que armados de navajas desafiladas, blandís en mi corazón con bonitas palabras vestidas de sucias ropas de coraje, descoloridas por vuestra agria voz.

Quiero caminar sin levantarme de la cama, no son sueños de un iluso, simplemente me he acomodado en la mejor de las butacas para volver a ver la misma película , ser un crítico sin escrúpulos, sonreír irónicamente de esas imágenes que por más que quiera mi mente repite una y otra vez, nunca se raya la cinta que tengo dentro de mi cabeza, siempre se enrolla pero por desgracia vuelve a funcionar y seguir adelante, intento buscar el botón stop, pero no hay, sólo esta el de play y replay, lo peor de todo es que no tengo palomitas de maíz.

La verdad estoy cansado de éste psiquiátrico de paredes frías de colores grises y desoladas de cuadros sin rostro. Siempre está esa silla inerte de confort junto a la ventana enrejada de invisibles barrotes fríos que no dejan pasar el calor de la luz debilitada cuando entra a ésta mi jaula creada por mi maldita cabeza. Como dijo una amiga sólo tengo mis manos donde las utilizo como falso útero para recoger migajas de sueños y acunar esa esperanza esperando como cual parto imaginario la llave para un día salir de este aburrido y solitario lugar. No deseo mirarme a ese espejo que todas las mañanas me invita a hacer un monólogo de falsas risas.

Un día me alisté a esta mi guerra que tengo conmigo mismo, me tratasteis de un loco sin armadura y en vez de evitarlo y sacarme de esta batalla sin fin, me dais pequeñas pastillas para debilitarme en mi lucha, ¿no os dais cuenta de que son pequeños proyectiles que van directos a mí?, necesito sonrisas para robarme el miedo, abrazos para fortalecer mi coraza, palabras de aliento sincero que penetren en mis trincheras para desistir de esta absurda guerra de imaginarios enemigos. No es justo que cuando tengo un ratito para mi me sesgue con el fino y frío metal mi piel intentando poner fin a mi existencia de la forma mas cobarde, pero fácil.. Es peor tratar de huir con consejos plasmados en libros memorizados por supuestos especialistas a afrontar mis problemas con alguien que me escuche, no quiero que me entendáis me basta con saber que alguien esta a mi lado, así recuperaré mi esencia, motor que volverá a activar mi supuesta cordura. Dejad que camine a mi manera, no reparéis en como miro a mi alrededor, no sintáis pena quizás yo sea el que os mire con tristeza por ser títeres de una norma de comportamiento de supuesto sentido común.

Quiero soñar con los ojos abiertos en éste mi mundo que va más lento, no me hará diferente a vosotros que esperáis a la noche para imaginar lo que involuntariamente vuestro sueño os da. Cada mañana me quito la máscara para que veáis mi interior, no deseo interpretar un papel que la sociedad me enseña con renglones de un solo color.

Sólo el tiempo dirá quien esta loco, pero dejad que mi locura os deje abrazar, y vuestra sinceridad es y será la mejor medicina que me podéis dar.

Atentamente desde el olvido….

Algo para Ti











Ilustración de Martina Peluso

Temo cerrar los ojos y perderme en otro sueño, miedo me da caminar por un mundo de calles solitarias huérfanas de luz, no quiero sentir el silencio en ésta oscuridad que me hace cegar mis sueños, llevar junto a mi el silencio que oculta los ecos de mis suspiros. Estoy quieto y temeroso, esperándote como ayer, he atravesado tu mundo, he entrado en tus sueños ¿Dónde estas? Donde está tu mano que me invita a caminar, necesito tu aliento para poder respirar, no ves que mis manos sudorosas y frías hielan cualquier cosa que toco, a cada paso tengo la sensación de ir hacia ese lugar que todos los días esquivo. Tengo miedo mucho miedo, vengo desnudo de armaduras que durante el día me defienden y repelen las embestidas de aquellos que no sueñan, que no sienten que no entienden. Aprieto fuertemente mi puño, guardo para ti un secreto, lo guardo entre mis manos, no te haré mirar al cielo para hacerte soñar, no te haré cerrar los ojos para que imagines lo que yo te digo, simplemente mira en el pequeño hueco que hay entre mis manos.., se necesita poco espacio para un gran sueño.

Tu mirada se pierde en esa pequeña oscuridad, ahí esta mi mundo, esperándote como ayer, pero tus ojos no quieren mirar, temen esa pequeña oscuridad sin saber quizás que a tu alrededor con toda la luz del día no se puede ver y que sola estas. Te sigo esperando, cada día para ver tu soledad, pero tu miedo no te deja, no puedes respirar, tu corazón lentamente muere, no tiene fuerzas para hablar, pero mi vida, no deseo tu voz temblorosa e indecisa, ni tan siquiera sentir tu piel desnuda cuando un abrazo me das, hoy no me apetece un beso de tus labios finos y secos de amor. Quiero que mires en este pequeño hueco de silencio y oscuridad, veras tras la oscuridad un mundo en el cual todo es posible, volarás por encima de las nubes, en las copas de los árboles descansarás, caminarás sobre el agua, todo lo harías capaz, simplemente déjate llevar, deja que tu mente rompa con la realidad, sueña despierta haz de tu vida una fábula de cuentos, que seguro que te hará olvidar de este día que aun con gente sola estás.

Miedo me da de no cruzarme contigo mas, mis pasos cada día mas lentos van, no pueden mas, no se donde estas, me maldigo al recordar que un día abrí la puerta de mi mundo de sueños y te dejé marchar, era un mundo inmenso, grandes paisajes con bellas pinceladas de colores que adornaban mis sueños, aquel día alcé mis manos y atrapé aquello que tan pequeño pude guardar, salí tras de ti de mi mundo para nunca mas volver a entrar, dejé la luz de las estrellas, el sonido del viento que dulces melodías tocaba cuando atravesaba las ramas de los árboles, el frescor del agua… todo lo dejé, llevaba en mis manos algo que nunca viste, que nunca te dí. Pero que mas da ya no importa, es algo tan insignificante tan poca cosa que sólo entra entre mis manos y el tiempo pasa lentamente el cual hará que de deshaga y se pierda de entre mis dedos llevándose consigo estos pocos sueños, esos sueños que mezclo con lo real.

Grandes caladas de humo acompañan a este aire que respiro y que nubla a mi corazón, suspiros de rabia expulsan ese amargo sabor, pero hacen que la dulce melodía la escuche lejana ocultando tu voz, que borre tu mirada, ya no siento el calor de tu piel, mi vida me muero pero aún te quiero y no te lo puedo decir con palabras limpias de dolor, tampoco puedo evitar que se pierda lo que en mis manos oculto para ti, es mi vida que sin valor se me escapa lentamente.

Ya se donde estas…. en otros sueños, en otro mundo, en otra realidad.

Deseo Cumplido







Ilustración de Ana Bosch

Las noches son largas, son eternas cuando no puedes dormir, cuando no quieres soñar por temor a vivir una historia del pasado o del presente, en los dos sentidos esas imágenes duelen, aunque sean bonitas, me niego a reconocer que todo ahora esta bien, por mas máscaras que me ponga por el día de sonrisas que no son, lentamente esa máscara va cayendo como cada noche esos recuerdos que nublan mi presente. Detesto las mañanas que me hacen levantar para ver a la gente que me rodea, no quiero ser una mala actriz que interpreta el papel que el tiempo te da, deseo echarme en mi cama y a oscuras buscar esa falsa luz que da aliento a no se que parte inerte de mi cuerpo, un día un error me costó la vida, ahora en mi falsa vida venden mis sentimientos muy baratos con mentiras, sus mentiras que cada día inventan porque son estériles de sentimientos, pero me da igual no espero hacer rico a mi corazón que no siente no padece, está cansado como mis ojos de mirar, lo peor de todo es saber que mi mente no entiende de palabras sinceras, de sentimientos que no son míos, durante este tiempo alcé un muro tan alto que las voces no lo traspasan, incluso ya no entra la luz, no hay nadie al otro lado que me ayude a derribarlo, he quedado atrapada en el pasado, en recuerdos que no puedo cambiar, solamente puedo ver y aprender.

Busco y rebusco en cada instante que el atosigado día me da, y siempre acabo con una idea una propuesta que me hago a mi misma, necesito un instante para mi, no busco el espacio no puedo soy cobarde y no quiero estar sola, no quiero esconder mi ansiedad de entre ese humo del cigarrillo, no busco un color para ahogar mis sueños saboreando un buen vino que cada noche en mi copa de fino cristal me aguarda como un remanso de paz que en verdad distorsiona esta realidad, tampoco deseo que su compañía sea diaria, no me apetece levantarme con él a mi lado y tener que darle los buenos días, aunque la noche haya sido placentera, sólo quiero ese aroma que deja en mi cama desarmada de mis proposiciones que durante ese día me dije y juré no hacer para no romper mi vulnerabilidad quizás hay momentos que le eche de menos, pero pasarán los días y dejaré de olerle, de sentirle, de oír su voz, mi mente borrará su sonrisa, quizás pase o quizás no y como siempre huiré como otras veces, será un grato recuerdo, pero siempre me quedará una cosa, nunca supe como amaba, nunca sabré que me decía su mirada, no volveré a sentir su aliento por mi cuerpo, haré que su voz calle en un silencio que mata, lo veré en la distancia dando sonrisas a la gente que se le acerque, yo sonreiré como él me decía, sólo me pedía eso una sonrisa, tan poco pero a la vez tanto para él, será cuando este muro sea transparente, será una luz que un día tuve entre mis manos.

Escojo el camino más difícil, más duro, pero es el mas fácil de superar, no espero que caigan los hojas del árbol no me gusta ver como el viento se las lleva a no se donde. Le echaré de menos, lo querré pero en mi vida no puedo estar con él no tengo fuerzas para nada, sólo fue eso un deseo cumplido de mi caprichoso corazón.

Hasta otra mí querido amigo

Sin Tiempo







Ilustración de Shaun Tan

Desperté antes que mi despertador, Amanecí antes que los rayos del alba dorasen mi pelo, me despedí de la noche dejando mi sueño a medias, mi sueño que desde hace tiempo se hace eterno. Mis ojos me escuecen, lágrimas sin sentido han vuelto a anegar mi vista y mi almohada, único apoyo en mi cama desnuda y solitaria de sábanas que se enredan en mi cuerpo como brazos blancos y puros que me dan calor unas horas. Estoy sola y tengo miedo, temor a mirar a mi alrededor y ver que no tengo deseos no tengo ilusiones, en estas cuatro paredes tengo como fiel compañero un dolor que días como hoy me ata con cuerdas de malos recuerdos, sogas que me hacen una y otra vez llagas impalpables y después de todo aun me queda tiempo para mi, quiero retozar en ésta cama de alas invisibles esperando como cada noche para que me lleve al cielo de mis sueños, muy alto, allí donde me espera mi nube blanca, despojada de gentes, pero sin sentirme sola, invadida de silencios, pero escucho mi voz, no hay espejos para ver la realidad, pero me siento reflejada en mi. Aquí arriba no existe el tiempo, hay noches que me asomo y dejo que mis brazos cansados cuelguen y se balanceen al son de mi respiración, la liguera brisa me trae corazones rotos, almas huérfanas de cuerpos, sueños oscuros que buscan un lugar junto a mi, pero nada ni nadie tiene la llave de mi vida. Todo se ve tan pequeño que me siento grande y poderosa, desde la altura trazo con mis manos el camino, uno esas piezas del puzzle que el día anterior no veía de entre tanto bullicio y tan solo con mover un dedo, mientras los demás duermen y se conforman con lo que Morfeo les regala.

Lo veo todo, todo va muy despacio, hay veces que lo busco y me dan ganas de cogerlo con mis dedos y subirlo aquí arriba, pero por mas que lo intente se me escurre y se pierde junto con mis lágrimas que nadie ve, excepto tú amigo mío que desde otra nube surcas el cielo para venir y hacerme reír cuando estoy triste, escuchar tu voz con nuevas palabras e inventadas sólo para mi, tus ojos recogen mis lágrimas con sólo mirarme, alargas tus manos y me abrazas sin tocarme, me gusta cuando le doy la primera calada a tu cigarrillo y mas tarde me regalas pequeñas nubes de humo que me hacen imaginar, me hacen no pensar, me hacen jugar a un juego sin reglas que nadie juega sólo tú y yo, no traspasas esa línea imaginaria que un día trazamos. Hoy.. ¿Dónde estas amigo?, me has dejado sola otra vez mas, me has dado parte de tu tiempo a cambio de mi sonrisa, una simple sonrisa…

Porqué será tan difícil sentirse querida, porqué la palabra imposible termina mis frases de desesperación, quiero amar, quiero que me amen, saber que piensan en mi cuando yo no estoy, regalarme sueños, caminar junto a mi en ese laberinto para nunca perderme, subirlo a mi nube y darle mis suspiros envueltos en besos… aún los guardo en un rinconcito de mi corazón, quiero despojarme de esta armadura de mujer fuerte, quiero dejar de disimular con una sonrisa y hacer como que no pasa nada, que todo va bien, quiero dejar de pensar y buscar motivos injustificables para las cosas que me hacen daño, simplemente quiero un abrazo que me haga pequeña en su pecho, oler el rastro de su aroma en mi cuerpo. No quiero flores preciosas que son marchitas por el cumplido de un día señalado, deseo que todas las mañanas me quiten esta carga tan pesada que es la soledad de entre tanta gente de miradas sucias, de envidias sin sentido. Echo de menos a esa persona que un día me pinte por las mañanas el mundo de nuevos colores y que por las noches consigan que brillen mas entre la oscuridad de mi habitación, que me haga sentir mujer, alguien importante, sentirme valorada… quiero que me bajen de esta nube que todos los días inocentemente imagino.

¿Dónde estas? necesito que cruces la línea, darme la mano y caminar conmigo en esta ciudad, mirar al cielo y ver como nuestras nubes desaparecen y así poder ver mas allá. Pero no estas otra vez más aunque sé que siempre estarás.

Divina Paranoia Masculina












Ilustración de Mikael Bourgouin

¡Maldita sea!, Sábado por la mañana y para un día que no tengo que madrugar, la rutina diaria me mear antes de ir a trabajar y que nunca falla, me despierta con un dolor de vejiga y una protuberancia mañanera entre las piernas, ¡joder! miro el móvil y nada la misma hora que ayer, ¿me levanto o no?, se esta tan bien en la cama que… pero mi cuerpo no esta acostumbrado a dormir, mejor dicho a estar tirado en la cama, me duele la cintura, evito pensar que son achaques de la edad. Pero y el brazo… el brazo que no se por qué motivo lo tengo dormido, por unos momentos le tengo envidia, ¿por qué el si puede seguir durmiendo y yo no?, bueno son preguntas que digo al aire con el aliento apestoso que me recuerda que lo ultimo que tragué anoche fue ese humo innecesario pero a la vez deseado y supuestamente placentero, ¡los cojones! Menos mal que me despierto solo y me ahorro ese beso que antaño daba seguido de un gran bostezo, “buenos días nena”. Esta maldita vejiga no entiende que aunque no deba pero quiero retozar un poco mas.

Otra vez dormí encima de la corcha, me ahorro hacer la cama, recuerdo que en la noche me estaba peleando con la maldita jarapa vieja y llena de jirones, que un día adornaba mi querido sofá, ahora ha pasado al plan “B” de este tipo de telas. En este momento no pienso en nada más, simplemente me cuestiono en taparme los pies o los brazos, la jarapa es pequeña, mis movimientos son lentos y premeditados no deseo una brusquedad a esta horas de la mañana, cierro fuertemente los ojos intentando meterme en ese sueño que dejé, pero ¡joder! No me acuerdo y espero que no fuese un sueño erótico, sería una pena, con lo que me gusta despertarme haciendo el amor. Suspiro y me estirazo y acto seguido me meto la mano debajo del slip y fiel a mi instinto masculino me arrasco aquello que veneramos, admiramos, presumimos y sobretodo protegemos mientras una sonrisa infinita se dibuja en mi cara y un ¡ole mis huevos! Sale de mi boca.

Sentado en mi cama busco las perdidas y nunca encontradas chanclas, ¡problema! Una de ellas la veo a un metro debajo de la mesita, ¡lejos, muy lejos! La otra… la otra no lo se.., mejor voy descalzo, me miro la entrepiernas y ¡ohh! Que barbaridad si alguna chica me viera, seria empezar la mañana perfecta, y como no… acompaño a su Majestad con pasos chulescos hacia el baño, por el camino un gran espejo ¡atención! Momento gay, aprovechando que parte del slip se esconde en la rabadilla del culo, sin escrúpulos ningunos me lo pongo en forma de tanga, mi cuerpo se contornea e intento con bastantes esfuerzos sacar mi escurrido pero peludo culo, pestañeo tres veces en un segundo y un “que mono estoy” parezco un eunuco, con barba pero eunuco ¡peligro! Su majestad se inclina, no le gusta es dantesco espectáculo ¡por Dios! Que ninguna chica me vea así, no puede ser, me apresuro al baño sorteando miles de objetos esparcidos por el suelo y….. ¡Su Majestad! ¿Dónde estas? bajo los slip y no esta ¡sal y no me dejes solo!. La vejiga no puede mas y obliga a que su Majestad vuelva de su repentino destierro viene cargadito de liquido y explota cual botella de cava bueno mejor dicho viendo las circunstancias lo dejamos en un benjamín de cava, que escalofrío recorre todo mi cuerpo, tras unos segundos por fin y después de involuntariamente salpicar por todos los lados incluida la puerta que esta tras de mi, hago blanco, me hurgo la nariz, bostezo, me arrasco el culo, vamos lo normal, a la vez que inclino la cabeza y le recrimino un “donde voy yo contigo”. En fin hago el mismo ritual pero al contrario… me arrasco el culo, bostezo y me hurgo la nariz… ya no es normal mi dedo, pues mi dedo… en definitiva algo me mira, hay silencio e intento que salga la ultima gota, pero aun es pronto, mis ojos todas las mañanas lo esquiva, pero irremediablemente lo veo, me pregunto porqué tiene que estar aquí y no en otra habitación, el lavabo me mira, sus dos oxidados grifos me observan, uno de ellos gotea, parece que me está invitando a recoger esas frescas y desagradables gotas que todas las mañanas veo en mi cuarto de baño, pero tengo un plan, bueno el plan ya es costumbre así que me despido muy decepcionado de su Majestad.

Hay un espejo, creo, o al menos me lo vendieron así ahora no se ve mucho pero (sonrío) hay un hueco entre una serie de manchas blancas, negras, verdes, en fin… parece que me estoy reflejando en el arco iris, mi espejo es especial, abro la boca y enseño mis dientes como un tigre, parecen que están limpios, delicadamente toco con la yema de un dedo (el dedo hurgador) esas agónicas gotas de agua y me lo llevo a los dientes, simplemente para refrescarlos, ¡Joder! Cada vez sabe peor el agua, me peino con la mano y a vestirme por supuesto con la misma ropa de ayer incluidos los calcetines creo que puedo aprovecharlos unos días más. Salgo por la puerta y respiro aire fresco, contaminado, pero fresco, al menos mas fresco y menos contaminado que mi habitación seguro, me pongo mis gafas de sol, miro hacia un lado, hacia el otro, ¡atención, hormonas! A lo lejos una chica, parece que me mira, seguro que me mira, por ese camino no tengo que ir, ¡al diablo!, voy por donde está la chica, presiento que me voy a comer el mundo, espero no venir con hambre como ayer, pero hoy es diferente… hoy me siento divino.

Hoy como Ayer










Calor, el ansia de mi deseo es ahora mismo calor, esa energía que necesito para romper con la pesadez de mis pies, que temerosos están coleccionando todos los ruidos, sonidos extraños algunos inventados por mi mente y otros reales y tenebrosos como el dentelleo de las fauces de ese ser que me persigue y me rodean invisibles y sujetados por la poca luz de una falsa luna que da algo de claridad en esta calle. La espesa oscuridad de la noche fría juguetea con mis miedos como la fiera implacable con su presa. Quiero salir corriendo, veloz como el aliento de ese espectro, ¡ Dios, ayúdame! No me abandones a mi suerte, dame alas, dame valor, dame tu mano, adelanta el amanecer y sácame de esta pesadilla, borra de las oscuras paredes su reflejo, esa imagen que todas las noches aparece en forma de alucinación que viene envuelta en un sueño, todos los días lo mismo, me desgarra con su daga transparente, dame mi armadura de fe para quitarme esta presión que en mi pecho me impide respirar, empuña en mis temblorosas manos esa espada de esperanza que me de ánimos y me impida caminar de rodillas y alzarme, llena mis entrañas de paz para que me invada la tranquilidad, borra de mi mente recuerdos gélidos que petrifican mis dulces sueños, no selles mis labios con lacre de silencio y guarde mi voz, haz que grite ecos que sesguen estas voces que desde hace tiempo truenan en mis oídos y no me dejan oír esas voces que quieren ayudarme.

Maldito Morfeo que juegas a tu antojo con mis sueños, distorsionando tan maléficamente cuando cierro los ojos mi ya cruda realidad rociándome de temores y culpándome de las actuaciones de esa persona que te envía, dibujas una calle sin salida que me devora lentamente, no hay puertas para escapar sólo una trampilla en el suelo empedrado invitando a mi curiosidad a que se aferre como única salida al infierno, pero hoy no… dueño de los sueños, hoy no caeré en la tentación, seré un simple figurante de tu absurdo sueño, no me apoyaré sobre estas falsas paredes para descansar, no miraré tus desolados paisajes, me enfundaré en mi armadura de ignorancia y batiré mis alas de sonrisas y despertaré de ésta tu irracional verdad. ¡ Dios… sácame de esta oscuridad…, no puedo más!,

Lentamente mis ojos se abren…, ¿Dónde estoy? ¿Es un sueño?. Con el paso del tiempo a mi razón le cuesta más trabajo diferenciar la realidad, cada noche vengo de ese vertedero de los malos sueños, allí donde viven los sueños que algunos desprecian y los tiran con un abrir y cerrar de ojos, pero parece que no, como ayer un rayo de sol se ha colado en mi habitación y da esa luz que antes añoré, mi cama esta desordenada como mi razón, mi cuerpo empapado en sudor aún tiembla, me duele el pecho, poco a poco mi respiración va recobrando su normal ritmo, levanto mis manos y están engarrotadas, me duelen como todo mi cuerpo…mis labios están secos y doloridos, mi aliento por primera vez surge de mi boca acompañada de un “maldita seas”, hoy como ayer te volví a soñar.

En el Olvido







La noche gélida y lluviosa cubre con su manto todo el recinto, los cipreses que lo flanquean luchan unos contra otros retorciéndose como si de un dolor intenso brotase desde dentro de sus raices, en la oscuridad de la noche parecen que son los mismos dedos del diablo que llamado por la tempestad hace acto de presencia emergiendo ferozmente desde las entrañas de la tierra rasgando con crujidos y silbidos ese azote del viento que con el paso del tiempo se excita hasta violar el silencio que la noche siempre trae a este lugar, donde la muerte esta frente a frente con la vida, o mejor dicho donde la vida pierde su reflejo y sólo el recuerdo es ahora esa sombra que es la muerte. Ummm dulce muerte aquella que el tiempo te invita a llegar, amarga aquella que otros arrebatan en un momento y lugar equivocado, me pregunto donde van esas almas que no debieron abandonar su cuerpo, quizás son los lamentos que en noches como esta se muestran por los rincones del cementerio, con lamentos de voz baja y sollozos constantes que seguro que son los olvidados en aras de una falsa pena de sus seres queridos, ese olvido les encierran en cárceles de mármoles mohosos y crucifijos oxidados y yo incrédulo de la vida soy su carcelero.

Estoy sentado como todas las noches junto a ellos, sintiéndome mudo cuando mi voz les habla y ni el eco me responde, aquí en este callado lugar el sonido se vuelve mustio como las flores que desparramadas por el suelo lo siembran con un manto de agrio olor que yo ya ni huelo, miles de nombres y pequeñas fotos adornan sus paredes, son como ese álbum de fotos que la vida guarda en la trastienda, el libro que conscientemente nunca leemos. Aquí no hay caminos para andar, simplemente es el final del trayecto, las vías de la vida desaparecen en esta tierra inerte, donde nos preguntamos por el sentido de todo, hallando en silencio la razón de algo que no podemos evitar.

Hoy no estoy solo, cierro los ojos y se que están a mi lado, los siento, sus trasparentes y frías manos me tocan la espalda, su aliento mueve mi pelo, sus suspiros de desesperación me susurran al oído frases sin sentido que apenas entiendo, pero se que me dicen algo, sus lamentos esta noche son mas tristes, pero no se que hacer, como cada noche entro en la pequeña capilla y observo todas las pequeñas velas que alineadas en el suelo siembran de pequeñas estrellas que representan a cada difunto nuevo, que por algún motivo no están en el cielo junto a las demás, sobre las aceitosas y humeadas paredes varias siluetas de cuerpos se esconden junto a las sombras de las velas buscando esa luz que en donde están no tienen, confundiéndose en el contorneo de la amarilla luz de los cirios, el calor se mezcla con el frío de esta noche. Mi piel ya no siente ese miedo, mis ojos no buscan desesperadamente personas que mi mente inventa, se que están, dentro de mi un nudo en el estómago me dice una y otra vez que sus brazos se aferran a mi cuerpo, intentando arrebatarme la vida en forma de nervios que en otro tiempo me impedirían caminar, no me dejan respirar ahogándome con su dolor, pero no me pueden hacer nada, yo no aprecio la vida, hastío de ella un día le di de lado, por eso desde hace tiempo ellos no pueden conmigo, aunque esté con ellos sé que no podrán, siempre llevo conmigo como amuleto un pequeño crucifijo de madera que me da fuerza y valor.

Algo me dice que esta noche tengo que ir a ese nicho sin lápida, sin flores, sin nombre, dicen que sólo hay una frase escrita sobre el blanco yeso, llevo tiempo evitando ir, comentan las voces sin rostro que en ese lugar hace frío mucho frío, ese es un lugar olvidado por los visitantes. Y armado de valor atravieso tumbas de blando mármol adornadas de ángeles de piedra hasta llegar a ese lugar olvidado para muchos, la fachada está repleta de lápida de mármol de granito negro, menos uno, es ahí donde siento que tengo que ir, algo me atrae a ese olvidado lugar, ahora si siento mis nervios, tengo miedo, no se a que me enfrento, la tormenta ha amainado su ira, los cipreses duermen quietos y silenciosos, mis ojos reparan en un pequeño objeto que reposa al pie de la losa de yeso, mi mano temblorosa se acerca temerosa de algo que presiento, pero soy incapaz de cogerlo no puedo, me acerco un poco más y mis ojos atónitos ven un pequeño crucifijo de madera igual que el mío, mis manos buscan entre mis bolsillos y no lo encuentro, es imposible siempre lo llevo encima, pero es entonces cuando al mirar detenidamente la lápida de yeso, leo una simple jaculatoria “Aquí yace en el olvido un hombre que desprecio la vida en un tiempo y lugar equivocado”.

Al Margen de la Vida











Ilustración de Marta Altieri

Sentado quieto y absorto, me enseña donde está la última estación, su mirada pausada y fija en un punto me hace pensar donde estará su mente vieja y cansada. A veces pienso que su lentitud se debe a que son tantas las historias que guarda que las revive lentamente ahora que la vida le ha enseñado a vivir, saboreando cualquier detalle que quizás antes fue amargo ahora que la sabiduría se ha instalado en su cuerpo, su paladar los hace dulces momentos. Es fantástico como interpreta una de esas historias que guarda en una obra de teatro, sus labios se mueven ya sin aliento, habla cortas frases en voz bajita y sin sentido en un idioma que sólo se sabe cuando estas en ese margen, donde no se camina, donde no se tiene conversaciones coherentes y de razón utilizando para ello la lógica y el sentido común, donde esperas para despedirte de la vida, detalle que ésta misma nos conceden cuando estamos cerca de la muerte, a la vez que su débil mano se alza acompañando con pequeños movimientos, es un actor desconocido que no le pagan por actuar, actor no de devoción sino de nacimiento, no finge no interpreta obras que otros escriben, no ensaya para mejorar su actuación, simplemente vive en el filo de la muerte, nada tiene que perder, nada tiene que ganar, sencillamente satisface a su deteriorada mente, so pena que nadie se para y se sienta frente a él para disfrutar de las mejores actuaciones que en ningún teatro se ve, él lo hace en el mejor escenario, al aire libre, tan solo un perro vagabundo que enroscado junto a él, lo mira con atención y gimiendo cuando el viejo le mira y le señala, como si fuese otro actor.

Su pelo grisáceo, algo alborotado y de piel oscura y arrugada hacen junto a sus cejas pobladas una postal de esas de color sepia que en cualquier rincón de un cajón todos tenemos en nuestras casas. Hace frío y una leve brisa de aire seco barre las hojas secas que a los pies de un olmo esperan a abandonar ese lugar, como este viejo que espera pasando las horas sentado con su abrigo de vieja pana apoyado en su inseparable bastón, pero su brisa no viene fresca, no viene haciendo ruido, viene silenciosa, vestida de calor que secará sus visibles y eternas lágrimas que siempre se dejan caer por su rostro. Decenas de pequeños gorriones revolotean a su alrededor acercándose al viejo tanto que incluso alguno se apoya sobre sus hombros creyendo que es una estatua o quizás saben que es inofensivo que ya no es de este mundo. Le miro fijamente y un nudo en la garganta me fuerza a suspirar y sentir esa sensación de envidia, pero en realidad no se que le envidio, aun no lo tengo claro, no se si es su serenidad, su saber, su templanza en su mirada, no se, creo que la vida aun no me ha enseñado eso, ahora sólo me dejo llevar por el estrés, no apreciar el silencio, por no mirar al frente, tengo pavor a sentir vergüenza hacia los demás, pero al mirarle ahí sentado, ese peso que cada día se pega a mi cuerpo como lastre invisible se cae al suelo, seguro que otros lo cogerán y se lo pondrán sin darse cuenta y es porque nos dejamos llevar por todo y todos, y el abuelo no…, el abuelo solo actúa y se ríe, el tiempo en él no existe, para él las gentes que mas que andar corren a su alrededor son simples hojas de carne y hueso de un árbol desconocido, no le dicen nada, él solo actúa, yo sigo caminando en el desierto de la duda, no he encontrado aun la salida, el abuelo si….

Estos días atrás no me atrevía a acercarme a él para hablarle, simplemente lo observaba de pie, pero hoy tengo la necesidad de decirle algo, pero miedo me da de interrumpirle en su actuación, de que me ignore. Tras un buen rato me decido a ir aunque no se que decir, seguro que algo se me ocurrirá.

- buenas señor, ¿como esta usted?, hace frió y he pensado que quizás necesite algo.., su silencio era lo único que me respondía. Por unos momentos se me pasó la idea de dar media vuelta y marchar, pero algo me decía que no.

- Señor… disculpe, no quiero molestarle pero me gustaría saber que piensa que siente, ¿está usted sólo?. Y como antes nada.

Minutos después y sin éxito alguno, decidí marcharme. Pasaron los días y siempre lo veía en el mismo sitio, hasta que un buen día me acerqué y en silencio me senté frente a él, en primera fila, quería ver la actuación de ese mimo que todos los días le ofrecía al perro. Fue cuando su mano dejó de señalar al animal y lentamente se dirigía a mi, su mirada acompañaba a ese gesto, un nerviosismo entró en mi cuerpo acompañando de un frío que me hacía temblar, de sus labios salio unas palabras roncas y deterioradas como él,

- Ven acércate –

No dudé y con paso lento me dirigía cuando su mano dejo de señalarme y me la ofreció para que la cogiera, sentí su rugosa y dura piel, desprendía calor, mucho calor, atónito por esa sensación y desconcertado por no saber el motivo, mis labios se sellaron y decidí a esperar, su mirada no era tan cansada y triste, tenía un brillo inmenso, una sonrisa se iba dibujando poco a poco en su rostro, me sorprendía aún mas.

- No debes parar en tu camino para verme –, me espetó.

- El tiempo que pierdes en verme, es el tiempo que no vives y no disfrutas, ya tendrás tiempo cuando estés en el último capítulo de tu vida, que será tu historia y podrás parar y estar al margen de la vida de los demás.

El abuelo hizo una pausa larga..

- Te daré un consejo- manteniendo su mirada en mi-

- Procura que tu corazón no se ahogue con tu dolor, que tus ojos no se canse de mirar a tu alrededor, simplemente sonríe y no pares en tu caminar, así nunca te lamentaras como yo lo hago, la vida es sabia y es ella quien te recordará los momentos perdidos, procura andar y limpiar tu camino, para que así otros te sigan y siempre estén cerca de ti.

- Yo anduve por la carretera del odio, de la maldad, de la infelicidad, era muy fácil. Durante estos últimos años, sentado aquí, he reconstruido esa carretera llenándola de lamentos y he dejado en la cuneta los trozos de mi coraza que no me dejaron ser como hoy lo soy, un hombre libre.

- Simplemente disfruta de lo que te da la vida, que al final te lo quitará para dárselo a otro. Somos como unos títeres, pero nunca nos sentimos como los protagonistas de esta obra que es una vida. Ahora hijo – Soltándome la mano y mirando al cielo- discúlpame pero la función se ha terminado, he de apagar las luces y ser tu espectador invisible, que estaré sentado frente a ti viéndote… Siente la vida y sonreí nunca dejes de hacerlo…

- ¡Señor!- ¿quien es usted?...- le dije con lágrimas en los ojos-


- Soy tu reflejo el día de mañana……




Cuando un Hombre Ama







Ilustración de Marta Altieri

Sentí tu mirada que atraviesa el frío de la mañana, esquivando las sinrazones que cada día pasan por delante de mi, paralizándome por completo e invitándome a lanzarme al vacío, llevándome en volandas con tus alas de Ángel al mundo de los sueños, allí donde me quieres llevar para acunarme en tu lecho del deseo, de la pasión. Pero yo soy incapaz de articular palabras, mi mente está vacía de palabras de amor de susurros que otros al oído adornan esa noche de pasión. Sentí en ese momento que un Ángel acudió a mis lamentos, pero no supe decir nada, mis labios temblorosos se contraían fuertemente cerrando mi aliento, ahogándome en un mundo simple y tan sencillo como el olvido.

Y un sentimiento nacía dentro de mi, algo que repele la razón, el sentido común, que calma mi ansia y me enseña a sonreír, a mirar, a darle sentido a mis pasos para caminar por ese camino que hoy se cruzó con tu estela. Pero no se hablar, no se decirte a los ojos algo tan simple que los enamorados miles de veces se dicen, lo siento pero no se. Te aseguro que dentro de mi aún hay espinas de aquellas rosas que en otras manos puse, por mi garganta discurre lágrimas que mis ojos no dejaron salir y que me queman dejando llagas como recuerdo doloroso a mis silencios… Pero hoy quiero que sepas una cosa, hoy sabrás como un sentimiento le dice a tus ojos, algo que nunca tus oíos escucharon.

¿Recuerdas anoche? Desnuda y oculta bajo sábanas blancas y finas como los pétalos de una rosa que jamás te di, la luz tenue como la de una estrella, aquella que tantas noches al cielo miraba y creyendo que tan lejana nunca podría tocar y anoche junto a nosotros calor nos daba. Cerré los ojos y me deje llevar por tu aroma, fragancia que en ningún frasco de fino cristal es capaz de atrapar, sólo es en ese momento cuando por los poros de tu piel me da lo que en una noche de primavera la flor de azahar. Tus ojos se cerraron y fue cuando mi mano se acercó lentamente a tus labios, en busca es esos te quieros que nunca quise escuchar, pero sólo encontré la humedad de tus lágrimas que en tus labios se fueron a estancar ahogando para siempre tu voz.

Y mis dedos buscaron por tu silencioso rostro y suavidad encontraron que me invitaban a pasear lentamente por tu cuerpo, ahora cierro mis ojos y veo como tu paz me daba tranquilidad, mis manos a través de tu cuello iban en camino de tus manos para entrelazarse, pero fueron en tus hombros donde pararon para descansar y sentir como tu piel se sembraba de pequeños puntos suspensivos trazando con letras que ni la mejor de las plumas jamás pudieron escribir, esas que como tatuaje invisible siempre tú y solo tú podrás leer al recordar, el bello de tus brazos se erizaban advirtiéndome de que tus delicadas manos me esperaban ansiosas de ese roce que minutos después fuertemente me correspondían, tu cuerpo se estremeció y fue cuando un suspiro de tus labios salió, rápidamente mis labios cerca de los tuyos atraparon junto a tu aliento que por dentro de mí calmaba ese dolor, fui incapaz de besarte pero sentimos igual sensación del mejor de los besos. Abandoné tus manos y por tu pecho rocé.. ummm… ¿lo sientes? Después de sentir de cerca como tu corazón se aceleraba llegué a tu estómago y sonrío al recordar como un enjambre de mariposas revoloteaban dentro de ti. Tu piel es tan suave que nunca mis manos sintieron tan dulce placer, tus nervios cada vez se reflejaban mas en tus movimientos y te hicieron girarte a un lado huyendo de ese temeroso placer, dejando tu desnuda espalda ante mi, sensual y curva figura me provocó que mis manos explorasen sin permiso aquel bello paisaje, cuantas veces imaginé y ansié tener cerca muy cerca de mi, tu desnudo cuerpo, tu pelo enredado ocultaba tu cuello y parte de los hombros, mis excitados dedos no tardaron en dejarte por completo desnuda invitando a mis labios a probar de tan maravilloso manjar, y muy lentamente mis labios besaron tu cuello, haciendo que dentro de ti un gemido de placer quebrase este silencio. El deseo de poseerte fue compañero de la pasión que dentro de mi, me hacia perder la cordura y busqué tus labios que entre abiertos me esperaban, fue lento muy lento, suave roce de nuestros labios que encendía la noche de calor, para mas tarde fundirnos en un profundo y deseoso beso, la respiración era el único dialogo que en esas cuatro paredes nos decíamos ese idioma que nos enseña a seguir un poco mas para perdernos en un mar de placer. Ahora en mi habitación cierro los ojos y siento esa respiración acelerada, lo siento cerca, junto a mí aunque tú no estés, nunca un recuerdo ha sido tan real como recordarte desnuda junto a mi.

Nuestros cuerpos se dejaron llevar y se fundieron en uno mismo, aparcamos al borde de la cama nuestra frialdad que días antes con orgullo llevábamos, no había marcha atrás y nos perdimos entre el tiempo eterno haciendo realidad nuestros deseos… ¡Dios que placer!, sentirla…. Oír su voz que al oído me susurraba un te quiero, nos movíamos al son de la mejor de las melodías, la del placer y el deseo de amar. Te miré una y mil veces no daba crédito saber que por unos momentos eras mia, sólo mia, dueño de tus gemidos de tus caricias, de tus besos. No era una batalla el sentir de esas miradas, tu cuerpo vibrar y saber que me amabas y yo no pude decirte te amo, pero hicimos el amor y supiste entonces que mi corazón, mi cuerpo mi ser te amaba, y tanto te amé que miedo me dio al saber que mas tarde el hasta nunca me esperaba tras las paredes de tu habitación, el tiempo se paró, el silencio me esperó para poder despedirme de ti y decirte al oído mientras dormías en mi pecho…

Cariño cuanto te quiero…..

Siluetas en el Aire











Ilustración de Jordi Solano

Siluetas en el aire, vagan a nuestro alrededor, deambulando por el gran laberinto de la ciudad, autómatas como máquinas nos miran con ojos negros, con muecas frías e indiferentes, pequeños rostros de metal de barro de cartón incluso de piel suave, pero éstas últimas suelen estar manchadas de maquillaje que ocultan aun mas la ilusoria realidad, infinidad de ellas pululan detrás, arriba y delante dejando un aura de frío. En el caminar diario las vemos como nos juzgan sin saber nada de nosotros, nos sentimos observados por desconocidos, nunca me paro a pensar que esconden detrás, quizás porque nunca me lo he preguntado al mirar la mia en el espejo, pienso que la mia es una imagen real, capaz de gesticular de expresar cualquier sentimiento por muy pequeño que sea, aquellas que me asustan son esas de sonrisas eternas, pienso que habrá detrás de ellas quizás son falsas, quizás soy yo quien mira con ojos falsos y cansados de todo.

Hoy tuve un sueño raro, o al menos eso creo porque desperté cuando la noche fría y silenciosa seguía callando con su oscuridad el ruido de esta ciudad, mis ojos se negaban a cerrarse y seguir con ese sueño lleno de máscaras que me rondaban acosándome con miradas negras y labios sellados, sentí miedo, temor a la ignorancia, a la soledad. Hoy quería sentir como el amanecer se despierta y ser yo el primero en ver como los primeros rayos de sol, atraviesan la noche desgarrando a jirones los sueños de aquellos que duermen, desvaneciendo así una historia que los sueños nos ofrece todas las noches. Al pasear por la calle empedrada, sentí como una de esas máscaras me observaba, el miedo a lo desconocido hizo que mi sigiloso caminar se hiciera cada vez mas rápido haciendo que mi taconeo violase el silencio que como equipaje de mano llevo a mi alrededor. La observo al pasar por el coche aparcado junto a la cera, se esconde tras el cristal que agazapada me espera con su mirada tétrica, un estallido de frío hiela mi estómago forzando a mi respiración, poco a poco el miedo invade mi cuerpo, imagino miles de cosas, pero nada en concreto dudo de que sea real… es un trozo de pesadilla que no maté junto a mi almohada al despertar y que aun no ha abandonado mi confusa mente.

Mas adelante una plazoleta me espera con farolas de luz tenue, un resoplido se me escapa de mis labios aliviando mi tembloroso cuerpo. Unos bancos de madera me invitan a sentar y poner algo de paz. Tras unos minutos vuelvo a sentir esa sensación de ser observado, miro a mi alrededor y no veo a nadie, los árboles quietos y mudos en el silencio son testigos de mis miedos, las plantas se ocultan de entre la hierva cubierta con un manto de rocío, hay vida en la plaza pero escondida está. Presiento que viene de dentro de una gran fuente de piedra, mi temor me hace levantar y con paso tortuoso e incontrolable por mi, me acerco cada vez mas, hasta que mis ojos incrédulos ven una imagen oscura y quieta que con palabras mudas me invitan a acercarme mas aun, ahora el silencio es interrumpido por el crujir de las ramas de los árboles que se mueven haciendo ademán de empujarme hacia esa oscura máscara, me siento pequeño en aquel lugar, vulnerable a cualquier cosa, estoy desnudo de valentía vacío de alma, mudo de palabras, sólo me arropa el miedo que con sus brazos fríos me acercan al averno, pasa el tiempo eterno y me dejo vencer, mi corazón se acelera, mis manos intentan impedir mi hundimiento en aquel remanso de oscuridad, pero son plomos que como lastre harán que mi cuerpo se pierda en las profundidades de lo desconocido, cierro los ojos, y desesperadamente suplico en forma de lágrimas despertar de esa realidad, deslizándose por mi cara, haciendo en mi gélida piel pequeños surcos tibios de pena y dolor, cayendo lentamente hacia mi infierno, pero el lento goteo de mis lágrimas silencian de nuevo todo, mi cuerpo vuelve hacia mi, recuperando el control, mis manos recobran vida y en última instancia se agarran como anclas al borde y abriendo los ojos, veo con sorpresa pequeñas olas producidas por mis lágrimas, distorsionando y difuminando esa máscara llegando a disolverse en la oscuridad del agua….

Sin perder el tiempo salgo de aquel lugar a la vez que me enciendo un cigarrillo, sabedor de que quizás he ganado una batalla a esa máscara, esta vez si, mi caminar es mas sereno, disfruto del paseo que esta calle me ofrece, falta poco para amanecer y quiero disfrutar de tan grato placer, pasear sólo sin tener que mirar al suelo oculto detrás de unas gafas de sol y sin sentirme nadie, ahora alzo la mirada y me siento dueño, dueño de mis pasos, profundas caladas dan calor a mi cuerpo, expulsando ocultas en humo esas cuchillas de frío que hieren mi pecho, mis ojos recorren aquellos sitios que el Sol me ciega, sonrío y respiro aire puro, tras un buen rato alimentando mi alma, siento de nuevo que al pasar por un escaparate de grandes cristales, hay algo o alguien que me mira, ¡Dios! ¿cuándo cesaran de seguirme?, no puedo mas necesito enfrentarme a esa cosa, retrocedo unos pasos y con ojos retadores vuelvo a estar frente a ella, oscura y fúnebre pero esta vez sus ojos no son huecos tenebrosos, son de color fuego supongo que furiosa esta vez viene a por mi, sabedora de que no puede tener fallos, y no… no voy a cerrar los ojos como un cobarde, no lucharé con lagrimas, sacaré de donde sea fuerzas para ganar, estamos los dos frente a frente, ni el viento que rabioso vuelve a golpear mi cuerpo con finas ráfagas de aire frío, ni dejaré que el crujir de los árboles me empujen hacia esa silueta. La miraré hasta que me diga algo. El alba raya la oscuridad poco a poco se está yendo y aun seguimos, la máscara utiliza todas sus armas, ahora parece que simula mis movimientos, intenta confundirme, minutos después la máscara ya no es tan oscura y fiera como antes, tiro mi cigarrillo al suelo, ya no me mira con ojos de fuego, pero sigue delante, esperándome. Mis ojos se agudizan intentando saber quien es, ya estoy viendo un rostro, me es familiar, es alguien a quien conozco lo presiento, la noche se aleja y la luz me deja ver aun mas, veo un reflejo levanto la mano y toco el cristal frío, después me toco mi cara y veo que esa máscara hace lo mismo, esta vez mis lagrimas salen con fuerza, la máscara que yo creía que era mi pesadilla, pero es mi reflejo……